La siguiente reflexión fue escrita por Manuel Zazueta
Recuerdo mucho lo que me decía mi papá: por favor y gracias. Decía “dos palabras que te pueden abrir muchas puertas”, considero que la gratitud es una de las cualidades que deberían caracterizar al ser humano. Es muy triste convivir con gente sin gratitud, que no sabe reconocer las bendiciones que tiene en su vida.
Si amamos a Dios, debemos tener esa cualidad del agradecimiento constante, porque debemos saber que hemos recibido más de lo que merecíamos. Somos salvos gracias al sacrificio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Siempre debemos ser agradecidos con Dios, así como con las personas y hermanos que nos bendicen. Si el Espíritu del Señor mora en nosotros, esto debe ser algo constante en nuestras vidas. Un hermoso versículo que habla de esto es el siguiente.
1 Tesalonicenses 5:18
Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.
Piensa que aun en dificultades y problemas que presenta la vida, sentimos la bondad y la ayuda de nuestro Señor. Siempre debemos mantenernos alertas y ser agradecidos con Dios. A Dios le complace nuestra gratitud, pero que sea genuina de corazón para que Dios se complazca en ella.
Siempre estamos rodeados de mucha gente que Dios ha puesto en nuestro camino: familia, amigos, compañeros del trabajo, vecinos; hagamos una costumbre el orar por las personas que el Señor pone en nuestro corazón y mente, dando gracias por ellas y animarlos andar en el camino del Señor.
Ya que nosotros hemos recibido un reino de grandeza, seamos agradecidos. Pensemos en esta gratitud y adoremos a Dios como a él agrada, con corazones sinceros. También, seamos agradecidos con el Señor por todos los favores que día a día nos da, a través de la ofrenda de nuestros recursos financieros porque Dios se agrada con el dador alegre.
2 Corintios 9:7-9 RV 1960
7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;
9 como está escrito:
Repartió, dio a los pobres;
Su justicia permanece para siempre.
Su hermano, en Cristo.
Manuel Zazueta Carpinteyro. 16 de diciembre de 2020.
Y el consejo de un sabio padre, basado en la palabra de Dios, se mantiene vivo porque lo ha seguido su hijo, quien a su vez lo compartió con otros porque sabía que era cierto, que funcionaba: “por favor y gracias”.