Conforme el tiempo pasa, la vida se encarga de darnos sorpresas a través de situaciones inesperadas que parecen emerger de una novela excelentemente bien relatada, donde las coincidencias nos sorprenden muchas veces para bien. En este breve escrito, tomaré tres joyas que sorprenden positivamente.

A principios del siglo XX, en las cercanías del río Nilo, los profesores Bernard Grenfell y Arthur Hunt de la Universidad de Oxford encontraron fragmentos de papiros. Más adelante Colin Roberts, también de la Universidad de Oxford mientras ordenaba dichos fragmentos, fue cautivado por uno en especial: se trataba del papiro número 52 de escasos 9 x 6 centímetros. El trozo de papiro contenía fragmentos de los versículos 31 al 33 del capítulo 18 del evangelio de Juan, en la otra cara, fragmentos de los versículos 37 y 38 del mismo capítulo ¡esto fue una joya encontrada! se trataba del manuscrito más antiguo de las escrituras griegas cristianas del que se tiene constancia, aproximadamente del año 125 después de Cristo.

La segunda joya encontrada de la quiero hablar es, Papiro 52, un lugar para estar, y estar bien. Propone un concepto novedoso e integral para convivir, educarse, trabajar y tomar un buen café. Este recinto cuenta con cafetería, librería cristiana, sala de juntas, un pequeño auditorio, estacionamiento y un muy buen ambiente ubicado en la colonia Portales en la Ciudad de México.

Lugares como este son excelentes opciones, puesto que no son solamente un negocio más de la zona, sino parte de un ministerio cristiano promovido por la iglesia Interdenominacional, para compartir las buenas nuevas a quien así lo quiera. Sin ser meramente un lugar evangelístico, está cumpliendo un papel importante: ser luz en la oscuridad. Su administrador Aarón Cortés, fue muy amable al recibirnos a Carlos a Joaquín y al que escribe. Esto, por cierto, me da pie para hablar de la tercera y última joya encontrada.

Conversando los cuatro en una de las mesas de la cafetería Papiro 52, Joaquín inició el siguiente diálogo:

– Aarón, se me hace que te conozco de alguna parte.
– ¿De verdad?
– ¿Vivías en la colonia …?
– ¡Sí!
– ¿Estudiadas en la primaria…?
– ¡Sí!
– ¿Tu maestro fue…?
– ¡Sí!
– Aarón ¡Fuimos compañeros de clase en la primaria!

La tercera joya encontrada es la amistad, que ahora la vida y el Señor siguen sorprendiendo con situaciones como éstas, tal vez para ser mejores o para ayudar a ser mejor a alguien. Siempre seguiremos encontrando joyas como las que en esta breve reflexión presento. Estemos atentos para encontrarlas y preparémonos para recibirlas.

…pídeme y te daré a conocer secretos sorprendentes que no conoces acerca de lo que está por venir. Jeremías 33:3 (NTV)

Oscar Jaime Domínguez Martínez.

Agosto 2018