Por Manuel Zazueta

Cómo anhelo regresar a casa, Oh Dios.

 

Ir a casa de Dios, durante los años más complicados de la pandemia, era y debería seguir siendo nuestro mayor anhelo y meta a seguir. Recuerdo en meses pasados los testimonios de mis hermanos que deseaban fervientemente regresar a la casa del Señor mientras nos veíamos por la plataforma de Zoom, deseábamos poder incluso darnos un gran abrazo entre lágrimas y risas, por el gozo volver a casa.

Esto me hizo recordar uno de mis Salmos favoritos, el Salmo 84.

¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos!

Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová;

Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.

Aun el gorrión halla casa,

Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos,

Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos,

Rey mío, y Dios mío.

Bienaventurados los que habitan en tu casa;

Perpetuamente te alabarán. Selah

Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas,

En cuyo corazón están tus caminos.

Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente,

Cuando la lluvia llena los estanques.

Irán de poder en poder;

Verán a Dios en Sion.

Jehová Dios de los ejércitos, oye mi oración;

Escucha, oh Dios de Jacob. Selah

Mira, oh Dios, escudo nuestro,

Y pon los ojos en el rostro de tu ungido.

10 Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos.

Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios,

Que habitar en las moradas de maldad.

11 Porque sol y escudo es Jehová Dios;

Gracia y gloria dará Jehová.

No quitará el bien a los que andan en integridad.

12 Jehová de los ejércitos,

Dichoso el hombre que en ti confía.

También me parece importante recordar, que el Señor nos da libertad para poder reunirnos, esto nos lo recuerda el Señor en Juan 8:36.

Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán verdaderamente libres.

Así es que hermanos, tenemos libertad para acercarnos libremente al Señor y Salvador Jesucristo. Él siempre está atento a nuestras suplicas angustias, y enfermedades. Lo que nos pide solamente es que seamos obedientes a él por amor.

Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda mas tenga vida eterna. Juan 3:16.

Si tenemos al Señor tenemos todo su amor. El Señor te espera en casa.