El siguiente escrito es una reflexión de Sergio Lozano.

Alternativa

 

-Veo que estás muy molesto.

-¡Grrrr!

-Sospecho que dentro de tu cabeza revolotean ideas de odio, de abandonar la nave y de salir huyendo.

-¡Hmmm!

-Dado que no te expresas, sólo puedo suponer que te disgusta tu situación, que quizás no hallas una opción sustituta, que detestas seguir en el presente estado de las cosas; pero también, que ves difícil esforzarte para generar un cambio, y por ello albergas un odio insano.

Sumido como estás, pasando del odio a la tristeza, y sentado en la pereza y en la desesperanza, no dudo que quizás caviles en soluciones hostiles hacia tus semejantes o contra de ti.

-¡Grrr!, ¡sniff!

-Pues mira, está visto que por más vueltas adicionales que des en tu cabeza, no tienes más opciones. Punto.

-¡Buaa!

-¿Qué te parecería lo siguiente? Puedes decir: no te abatas oh alma mía, ni te turbes dentro de mí; espera en Dios, que aún he de alabarle.

-¿Mmm?

-Y el socorro vendrá de lo alto, a su tiempo; y mientras viene, tú podrás soportar. No seguirá igual todo, sino que Dios comenzará a cambiarlo. ¿Lo crees?

-Mjm, ¡sniff!

-Eso es un buen comienzo, amigo.

 

Sergio Lozano, 2017-11-04